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martes, 11 de agosto de 2009

■ Filacterias: la imagen que habla



Filacterias: los personajes además de verse pueden ser escuchados. La imagen aparece por primera vez con su sonido, nos habla. Son un antecedente claro de los primeros globos de texto historietístico.


Cuando decimos "Filacteria" pensamos enseguida en esas imágenes religiosas de la iconografía medieval donde desde la boca de algunos personajes salen palabras, generalmente oraciones enteras enmarcadas por lo que parecieran cintas o pequeños rollos de papel que parecen estar desenrollándose. Estas cintas o papeles presentan textos, oraciones, citas o símbolos. Son para nosotros, la primitiva forma o intento de querer expresar en una misma y sola imagen, el sonido que éstas estarían produciendo. Son entonces un antecedente protohistorietístico del globo de texto o “fumetto”(humito) que saliendo de la boca del personaje indica que éste habla. Los pueblos de Centroamérica también concebían el “humito” como señal de persona parlante o que está hablando, basta ver imágenes que se han conservado como las del códice Mendoza, donde se unen la cultura Azteca con la invasora de España. Pero volviendo a las filacterias propiamente dichas, que abundan en la representación pictórica del medioevo, aquellas primeras representaciones de apóstoles tenían pintado en sus brazos filacterias, porque tenían muy presentes las costumbres y tradiciones judias, de las que el cristianismo no sólo venía sino que abrevaba. Por eso se las llama así, porque las Filacterias (phylacterĭa, en latín) iconográficas de la cristiandad, se refieren a unas cajitas de cuero que se llevaban atadas a las manos en la cultura hebrea, cajitas que contenían pasajes religiosos que debían tenerse siempre cerca de los ojos, siempre presentes, para ser leídos rápidamente. “Phylacterĭa” deriva entonces del hebreo : תפילין, Tefilín, y éste viene del griego "Phylakterion" («protección, amuleto»).
Puede leerse en el Deuteronomio 11-18: «Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos».
Una de las cosas que llegaron a estas tierras con la cultura impuesta al aborigen por los españoles, fue la imprenta. Los hombres de la conquista y colonización establecieron ciudades y en ellas en mayor o menor medida se comenzaron
a editar hojas volantes primero y periódicos después. La larga tradición de publicaciones periódicas con caricaturas de figuras notables en la prensa europea, satirizadas, se trasladó con eficacia al continente americano. Mariano Moreno publicó nuestro primer periódico el 7 de junio de 1810 llamado la "Gazeta de Buenos Ayres", y sus primeros redactores fueron el mismo Moreno, Juan José Castelli y Manuel Belgrano. Pero no contenía dibujos. La primera caricatura publicada fue la de un burro y tenía un texto cercano a su cabeza que varía según el autor consultado. Lo más probable sea el que decía “Viva la Religión”. Veamos lo que nos dice el investigador Oscar Vázquez Lucio, «Silunas»: “quiero advertirle que aunque algunos autores han atribuido al padre Castañeda la cabeza del burro rebuznando, no "Viva la Religión" sino "Viva el Rey", la versión original era la primera, y por ello mismo sostengo no pudo haber sido realizada por Castañeda, quien defendía la religión por encima de todo. Yo señalé oportunamente la imposibilidad de que Castañeda hubiera realizado esa caricatura, al llegar al diario en que se publicó por primera vez, y antes de que la palabra "religión" fuera reemplazada por «Rey»".
En este blog puede verse la cabeza de burro a la que le he agregado el texto a modo de «filactería» según las descripciones de origen, ya que la imagen que contaba no poseía texto. Los otros ejemplos que pueden verse aquí son extraídos de publicaciones que han reproducido exactamente las imágenes. Estas son de la época en que Rosas, gobernador de Buenos Aires, era resistido por sus opositores desde el exilio en Chile o –como en este caso- en Montevideo – a través de una serie de publicaciones. Las más conocidas son “Muera Rosas” y “El grito arjentino” (sic). En ellas con dibujante anónimo pero la hoy reconocida pluma de figuras como Valentín Alsina, Juan Bautista Alberdi, Andrés Lamas, Miguel Cané, Luis Domínguez, Juan Thompson (hacia 1839), y Juan María Gutiérrez, José Mármol, Gervasio Posadas y Esteban Etcheverría (hacia 1841), se denostaba al gobernante argentino Juan Manuel de Rosas. Lo hacían con una prosa y unas imágenes que hoy nos resultan artificiosas pero que deben haber causado mucho revuelo en aquellos años del siglo XIX. A Rosas se lo mostraba comiendo niños, como asesino, ser diabólico, amanerado, miedoso, etc. Todas formas de esa época para intentar desacreditar y maltratar a alguien. Hoy resultan ingenuas las imágenes en si mismas pero claramente nos ilustran de algo que ya entonces no tenía nada de ingenuo: cómo el poder de la palabra escrita, (por caso aquél poder periodístico), se expresa formando opinión sobre algo o alguien. No dándonos la visión más cercana a la realidad, sino intentando imponernos SU visión. Anteponiendo entonces a la verdad, sus intereses propios y particulares.
Traigo algunas de esas filacterias aquí como un antecedente prehistorietístico. Y resalto el valor gráfico que poseen. Hay una, especialmente interesante y es esa donde varios soldados aparecen dialogando tranquilamente. Allí pueden verse filacterias que parten de sus bocas y los rodean. Una forma, un buen intento para expresar un diálogo, una buena manera de decirnos que esos «dibujitos», en ese instante, nos están hablando.
Felipe Ricardo Avila

Bibliografía consultada:
● Autores varios: “Histoire Mondiale de la Bande Dessinée", Pierre Horay Editeur, Francia.● Bróccoli, Alberto y Trillo, Carlos: “El Humor Gráfico”, Ejemplar Nº 69 de la colección “La historia Popular / Vida y milagros de nuestro pueblo”, Centro Editor de América Latina, Argentina, febrero de 1972.● Coma, Javier: “Historia de los comics”, Toutain Editor, España, 1986.● Del Río, Eduardo (Rius): “La vida de Cuadritos”, Editorial Grijalbo, México, abril de 1984.● Gasca, Luis y Gubern, Roman: “El discurso del Comic”, Cátedra, Colección Signo e Imagen, España, 1988.● Grassi, Alfredo J.: “Qué es la historieta”, Colección Esquemas Nº 88, Editorial Columba, Argentina, 1968.● Gutiérrez, José María: “La historieta argentina / De la caricatura política a las primeras series”, Ediciones Biblioteca Nacional y Página / 12, Argentina, octubre de 1999.● Moro, Roberto: “Rosas en las láminas de “El Grito”, Arturo Peña Lillo & Monte Chué Editores, Argentina, febrero de 1974.● Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo: “La historia de la historieta Argentina”, Ediciones Record, Argentina, 1980.● Vázquez Lucio, Oscar (“Siulnas”): “Historia del humor gráfico y escrito en la Argentina (1801-1985)”, Ediciones Eudeba, Argentina, 1985. Y "Wikipedia", la enciclopedia libre de internet.

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